La importancia del Boro en la floración y el cuajado

El Boro en la floración y el cuajado

El boro (B) es un micronutriente esencial para la nutrición de la planta ya que es el encargado de la translocación de azúcares y otros productos del metabolismo vegetal; favorece la polinización y cuajado, tiene un efecto significativo en la germinación del polen y el crecimiento del tubo polínico; participa en la regulación del crecimiento aumentando la división celular, favoreciendo la asimilación del calcio y mejorando la resistencia de los tejidos.

El boro es transportado vía xilema, pero se mueve con dificultad vía floema con lo que no emigra desde las hojas hasta los nuevos puntos de crecimiento, donde existe la necesidad de un suministro regular de éste y de todos los nutrientes.

Una deficiencia de boro durante la floración y el cuajado aumenta la actividad de la enzima AIA-Oxidasa (AIA-O), responsable de la reducción de los niveles de ácido indolacético (AIA). Los niveles bajos de esta hormona dificultan la formación del tubo polínico reduciendo así los niveles de cuajado.

La deficiencia de boro aumenta la caída de yemas y flores, y esto provoca importantes reducciones en el desarrollo de las semillas, el cuajado y calidad de los frutos.

Factores que afectan a la disponibilidad del boro en el suelo

En general las reservas de boro en el suelo son bajas y están reguladas por diversos factores, los cuales influyen en su disponibilidad:

  • – La textura del suelo: el boro adsorbido por los suelos depende de su textura, incrementándose positivamente con el contenido de arcilla y materia orgánica. Los suelos con textura gruesa son susceptibles de mostrar deficiencias de boro, ya que es fácilmente lixiviable y desplazable a las capas más profundas. La baja disponibilidad de boro en el suelo afecta de manera más negativa a la producción de cultivos que al crecimiento vegetativo.
  • – El pH del suelo: la asimilabilidad del boro disminuye a medida que aumenta el pH del suelo. Este hecho hace que los suelos calizos sean propensos a mostrar deficiencias en boro, y más si existe un exceso de arcilla, debido a la fuerte adsorción del ión borato.
  • – La humedad del suelo: las lluvias fuertes pueden lavar el boro del perfil del suelo, sobre todo en suelos ácidos y de textura gruesa. Asimismo, períodos prolongados de sequía favorecen la fijación de este elemento pasando a formas no disponibles.
  • – Una fuerte temperatura e intensidad luminosa acentúan los síntomas de deficiencia de boro.
  • – Las interacciones con otros elementos nutritivos: una elevada fertilización nitrogenada podría inducir una deficiencia en boro. Asimismo, otros estudios muestran una sinergia entre las absorciones de boro y fósforo, potasio, calcio y magnesio.

Un exceso de boro puede limitar la absorción de potasio y magnesio. Mención especial merece su estrecha interacción con calcio, dentro de unos rangos óptimos de ambos nutrientes, se comportan como sinérgicos, pero valores deficientes o en exceso de uno de ellos, afecta negativamente la dinámica nutricional del otro.

Principales síntomas de deficiencia de boro

Aparecen síntomas internos a nivel celular y vascular:

  • – Proliferación de células deformadas.
  • – Degeneración de tejidos meristemáticos y de membranas celulares.
  • – Acumulación de compuestos fenólicos en las vacuolas. Descenso de actividad de enzimas oxidantes.
  • – Incremento de la actividad ascorbato oxidasa en hojas.
  • – Acumulación de nitratos y menor contenido de proteínas en citoplasma.
  • – Aparición de zonas fibrosas.
  • – Desarrollo anómalo de vasos conductores.
  • – Disminución del contenido en azúcares en frutos y tubérculos.

 

El boro, al no desplazarse fácilmente desde las hojas basales, presenta síntomas externos inicialmente en las partes jóvenes de la planta:

  • – Reducción del crecimiento terminal, con muerte de la yema terminal, los brotes axilares se estimulan produciendo ramas axilares o mueren igualmente, los entrenudos se acortan. Como resultado se obtiene una característica forma abotonada o de roseta terminal y un aspecto arbustivo o encogido de la planta.
  • – Las hojas jóvenes se ven deformadas, más o menos rizadas, gruesas, quebradizas, pequeñas y curvadas hacia adentro, con nervios asimétricos, y a veces toman unos tonos oscuros, azul-verdosos o marrones y mueren.
  • – Alteración en la germinación del polen y aparición de frutos deformes. Las semillas presentan una más baja viabilidad y en cítricos crece la relación corteza / pulpa de forma exagerada
  • – Las raíces se espesan, a veces se hacen más finas y débiles, y presentan las puntas necrosadas, deteniéndose el crecimiento.

 

En definitiva, el boro es un micronutriente fundamental para la viabilidad de los distintos sistemas de cultivo (convencional, ecológicos,…) y dependiendo de su disponibilidad, serán necesarias aportaciones exógenas de dicho microelemento.

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